Juigalpa-Chontales: El obispo de la Diócesis de Juigalpa, monseñor Marcial Humberto Guzmán Saballos, invitó a la feligresía católica a acercarse con sencillez a Jesús y descubrir la alegría del don de la sanación corporal. “Las enfermedades corporales nos van llenando de medicamentos para vivir un día más y cada día luchamos por alcanzar nuestra sanidad”, dijo el jerarca.
Monseñor habló de la sanación corporal al presidir la eucaristía en el día de la Virgen de Lourdes y la jornada mundial del enfermo, en la catedral de Juigalpa, haciendo referencia a aquellos pasajes bíblicos en los que relatan como Jesús sanó a leprosos y paralíticos.
“Jesús vino a regresarnos la dignidad y nos remonta principalmente, a aquel gran acontecimiento que Jesús vino, tomó nuestra naturaleza humana y luego, vemos a Jesús que sana y limpia a la humanidad, aunque más adelante le traerá consecuencias”, manifestó monseñor Marcial Humberto.
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Señaló, que la misión de Jesús es evangelizar, llevar las buenas nuevas y la salvación. “Aquel hombre que había sido sanado, con un espíritu eufórico, debido a que estaba muerto en vida, ahora ya puede compartir con la gente, e incluso, puede entrar a la casa de Dios, sin embargo, como consecuencia de esa sanación, es Jesús que ya no podrá ingresar a los lugares, solo porque tocó a un hombre impuro”, recordó el obispo.
Cada día se hacen grandes los males espirituales
Monseñor Guzmán Saballos, mencionó, que no sólo enfermedades corporales agobian a la humanidad, sino también, las espirituales: odio, rencor, avaricia, lujuria e ira, “que cada día se van haciendo más grandes o se van haciendo más cercanas al hombre, por eso, decíamos con el salvo 31, perdona nuestros pecados”.
“Hoy tenemos una tentación y mucha gente para que digan que hacen el bien, buscan al fotógrafo y a los medios de comunicación porque voy a hacer una obra de caridad o le voy a dar la mano a mi abuelita para que me saquen en las noticias. Eso, podría ser una tentación de querer aparecer como noticia y eso puede ser un pecado”, afirmó el líder católico.
En 1992 el Papa Juan Pablo II decidió que cada 11 de febrero se celebrara la Jornada Mundial del Enfermo, debido a que este mismo día se corresponde con la festividad católica de la Virgen de Lourdes, a quién se le ha acreditado una amplia variedad de milagros en la cura de muchas personas que tenían sus días contados.