Juigalpa-Chontales: Con una calificación del 99%, Rufino Aragón, ganó el concurso del “Mejor Queso Artesanal” realizado en Juigalpa y eso, le da mayor compromiso de seguir ofertando productos derivados de la leche de alta calidad, además, rescatando las fórmulas que utilizaban nuestros ancestros al momento de elaborar la variedad de lácteos que se consumían en aquel entonces.
Antes de inaugurar el certamen, la alcaldesa de Juigalpa, licenciada María Estelbina Báez, les dijo a los presentes, que nuestra ciudad debe seguir siendo conocida por el “Morir Soñando” y el “Mejor Queso Artesanal”, que a nivel nacional tiene alta demanda.
El jurado fue integrado por docentes y personal del Centro Tecnológico “Germán Pomares Ordoñez”, de Juigalpa, quienes después de recorrer los cubículos de los participantes y valorar los quesos que llevaron al certamen, procedieron a tabular la información para dar a conocer los resultados.
Rufino busca rescatar la fórmula ancestral
De acuerdo a la evaluación del jurado, con 86% se ubicó en la tercera posición Lácteos Fernández, del segundo lugar se apoderó Odalys Reyes, con el 89%, mientras Rufino Aragón, con el 99% se quedó con el primer lugar y recibió un premio en efectivo por parte de los organizadores del evento.
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Después de conocer los resultados, el señor Aragón, se mostró muy contentos y afirmó, que la principal tarea desde su pequeña empresa láctea, es rescatar el esfuerzo de los que se dedican a la producción de queso y le permitió con el producto presentado en el certamen, regresar el tiempo 30 años cuando las fórmulas de procesamiento eran muy distintas.
El propietario de Lácteos ARASAN, reconoció el esfuerzo que hacen las autoridades municipales de Juigalpa por rescatar el verdadero Queso Artesanal que se produce en Chontales y en esa dirección, considera, que en las semanas venideras se puede aprobar una fórmula.
Nuestros ancestros para sacar un delicioso queso artesanal, primero colaban la leche, luego la cuajaban en canoas de madera. Utilizaban pastilla o cuajo de res, posterior, quebraban bien el producto y procedían a secarlo a pura mano y finalmente, lo prensaba en cinchos y enseguida tomaban la decisión si lo ahumaban o no.