Tomado del Metro.
Minerva Sequeira hizo un llamado a la dirección del penal La Modelo para poder ver a su hijo, Francisco Antonio Sequeira, quien supuestamente fue golpeado, rociado con gas pimienta y trasladado de celda el viernes pasado, tras una protesta masiva en las galerías 16 y 300, donde están encerrados los presos políticos.
Sequeira interpuso la denuncia en la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) y dijo estar muy preocupara por la situación que está viviendo su hijo. La denuncia de una nueva golpiza propinada por los custodios del penal surge porque varios presos en la galería 300 comenzaron a pedir a gritos que les abrieran la ventanilla de las puertas para poder respirar y que atendieron a un reo de la celda número 8 que pedía a gritos atención médica.
Pablo Cuevas, asesor legal de CPDH, dijo que irán junto a la madre en su petición humanitaria: “Ella lo único que pide es poder verlo para saber su estado de salud. Estaremos con ella para darle acompañamiento”. En una carta manuscrita en un pedazo de papel, filtrada al exterior por uno de los privados de libertad, se narra cómo los presos desde hace cinco días venían haciendo reclamos, lo que se agudizó el jueves y el viernes, cuando un grupo de la galería 16 logró romper un agujero en el techo y al menos 20 presos salieron hondeando la bandera de Nicaragua y cantando el Himno Nacional.
Situación que generó un ataque violento de diez custodios contra Sequeira y Yubrak Suazo, contra los que arremetieron violentamente, los esposaron para luego lanzarles gas pimienta en sus rostros.
La denunciante comentó que mientras los demás manifestantes presos escuchaban los gritos pidiendo ayuda, los sacaron desnudos de las celdas hasta llevarlos a la celda que llaman El Infiernillo. Sequeira quiere saber de primera mano qué sucedió con su hijo.