Abusos sexuales se aumentan y las víctimas son niñas menores de 14 años.

Por Marvin Mirandas.
Punto Noticioso.Com
El incremento del abuso sexual en Nicaragua preocupa a diferentes organizaciones que defienden los derechos de las mujeres y la niñez, pero también a profesionales de la salud mental porque los que cometen esos delitos en niñas menores de 14 años están en el hogar.

Para el licenciado en psicología, Pablo Ezequiel Calero Cruz, la mayoría de los abusos sexuales son cometidos por personas cercanas a las víctimas (Padre, Tío, Abuelo y Hermano), sin embargo, muchas veces las madres protegen a sus hijas de las personas ajenas a la familia.

“El cuido de (los niños y niñas) es primordial, darle la orientación adecuada en el hogar es muy importante y decirles con frecuencia que nadie puede tocar su cuerpo más que ellas. Hay muchos estudios que revelan que el agresor sexual de un niño o niña está en el hogar”, afirmó Calero Cruz.

Años atrás un organismo que trabaja con la niñez, realizó una encuesta entre niñas de 10 a 13 años de edad y la pregunta giraba alrededor si en sus hogares se sentían seguras, respondiendo que no, ya que a la hora de dormir, bañarse o realizar sus necesidades fisiológicas sentían que alguien las vigilaba.

Al preguntarle a este profesional de la salud mental ¿Por qué los mayores de una familia sienten el deseo de sostener relaciones sexuales con su descendencia? Respondió: “Muchas veces son impulsados por desórdenes mentales y algunos padres se tornan peligrosos al sentirse atraídos por sus hijas y terminan abusando de ellas”.

De acuerdo al anuario de la Policía, en cinco años y cinco meses (2014-mayo 2019) se contabilizan 6 mil 719 víctimas de abuso relacionado al orden sexual y revela, que a nivel nacional las niñas menores de 14 años representan un 42%, cifras que reflejan una realidad alarmante.

En Chontales no existen estadísticas disponibles que revelen su comportamiento en los 11 municipios que integran el departamento incluido El Ayote, pero este flagelo no sólo sacude los hogares rurales. Ya se manifiesta en la ciudad, principalmente en los barrios periféricos y la mayoría de esos casos no son denunciados porque creen que eso es normal.

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