Por Marvin Miranda.
Juigalpa-Chontales.
Una concesión minera que afectaría más de 16 mil hectáreas mantiene alarmados a productores y a la población en general de Camoapa. Esa autorización ha impulsado a los lugareños a organizarse para hacerle frente a la empresa encargada de realizar las exploraciones que a su paso dañaría áreas boscosas y fuentes hídricas.
El Sabalar, San Antonio, Arenitas, Tawa, el Pedernal y los Amores del Sol, son las principales comunidades que serían perjudicadas con la concesión minera aprobada, además, áreas protegidas por Camoapa que colindan con La Libertad y de hacerse efectiva la explotación, el daño a los recursos naturales será enorme.
De acuerdo al ambientalista y periodista Raúl Martínez Marín, Camoapa jamás ha vivido de la minería, ya que su economía descansa en la ganadería y agricultura, aportando a nivel de la ciudad un promedio de 100 millones de córdobas que quedan entre las familias urbanas y rurales.
Martínez Marín señala como futura víctima de la minería, al rio “Caña Brava” ubicado a unos 10 kilómetros de la zona concesionada, pero los ramales que lo abastecen nacen en las serranías de Los Amores del Sol y es una de las pocas fuentes en Nicaragua que no está contaminada con metales pesados.
Raúl Martínez Marín, también es un facilitador independiente y junto a técnicos del Centro Humboldt conocieron el sentir de los pobladores de 6 comunidades de Camoapa, que no están de acuerdo con el proyecto, de igual manera, no pretenden venderle sus tierras a la empresa encargada de ejecutar la concesión.
Por el momento, los líderes de la Asociación de Ganaderos de Camoapa, los dirigentes de las cooperativas Masigüito y San Francisco no han emitido ningún pronunciamiento al respecto, pero lo hicieron en 2014 cuando una empresa intentó hacer efectiva una concesión, uniéndose en esa oportunidad la Iglesia Católica.