Tomado del Diario La Prensa.
El despido arbitrario y masivo de trabajadores del sector Salud que no se han apegado a las órdenes del partido gobernante, acentuará el déficit de médicos que ya existía en Nicaragua, advierten especialistas.
“El Estado está fallando en su deber de garantizar la salud. Aquí en Nicaragua los médicos son escasos. Según el indicador internacional de número de médicos por habitante, nosotros estamos por debajo de ese estándar mundial. ¿Y estamos corriendo todavía a esos médicos mal pagados, que están trabajando con las uñas?”, señala el cirujano Alejandro Lagos, quien fue director de los hospitales Carlos Roberto Huembes y Bertha Calderón y del Centro Nacional de Dermatología.
A su juicio, “los señores del Gobierno se han equivocado” con la actual persecución de médicos, “al igual que con las medidas que tomaron con el INSS (Instituto Nicaragüense de Seguridad Social)”. Mismas que terminaron desatando una ola de protestas el pasado abril, las cuales fueron violentamente reprimidas dejando un saldo de 448 muertos, según la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH).
A la experta en Salud Pública Ana Quirós le preocupa, además, que entre los trabajadores que han sido despedidos arbitrariamente por apoyar las protestas ciudadanas y por atender a manifestantes autoconvocados heridos hay numerosos médicos con un nivel altísimo de calificación.
Es decir, el sistema de salud pública está expulsando a profesionales altamente especializados y con ello niega una atención de calidad a la población de menos recursos, pese a que es deber constitucional del Estado garantizar la salud a sus ciudadanos.
A la fecha se ha conocido el despido de unos cuarenta trabajadores del sector salud en León y de otros cuarenta en el hospital de Jinotepe, Carazo.