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Juigalpa-Chontales: Buscar el mejor Queso Chontaleño y establecerlo como el producto estrella de Juigalpa, fue el objetivo de un certamen que contó con la participación de seis pequeños procesadores, quienes les explicaron a los integrantes del jurado calificador las técnicas que implementan para darle el toque final a esta delicia derivada de la leche.
Cada uno de los participantes: tres mujeres y tres varones, presentaron sus mejores creaciones y al final, fueron los integrantes del jurado calificador los que tomaron la decisión final después de evaluar cada queso elaborado por su mentor.

Yader Morales, un pequeño productor de la comunidad El Cobano, jurisdicción de Juigalpa, compitió con el queso 100% natural que llevaba una mescla de quesillo, chile y chiltoma, además, fue envuelto en hojas de sincoya que le permita aumentar el sabor y aroma.
“Todos sabemos que las hojas de (sincoya) era el papel de aluminio de nuestros antepasados y siempre el queso venía bien envuelto en esas hojas. Es en realidad, es una forma de evitar la contaminación de nuestro medioambiente cuando no se hace uso del papel de aluminio”, dijo Morales.

Este pequeño productor aseguró, que ese queso con el que compitió ya lo está comercializando en Juigalpa y la libra tiene un precio de 70 córdobas. “Lo que me gusta que este queso va del productor al consumidor, no hay intermediarios que son los que se aprovechan de la población”, destacó.
Después de valorar cada uno de los quesos expuestos, el honorable jurado calificador determinó que la señora Adelaida Lumbí, se apoderó del primer lugar, entregándole un premio de tres mil córdobas en efectivo. El según lugar se lo llevó doña Cora Solís, a quien le dieron 1,500 y Guillermo Duarte, se quedó en el tercer puesto, recibiendo 500 córdobas.

El productor de trayectoria y miembro del jurado, Juan Pablo Marín, valoró de excelente el concurso porque permitirá recuperar el verdadero queso criollo chontaleño que con mucha dedicación nuestros ancestros lo elaboraban y posterior, llegaban a Juigalpa a comercializarlo.
Marín agregó, que el queso criollo chontaleño lleva un proceso minucioso. “Cuando la leche ya está cuajada, se saca y se aprieta para que salga el suero, luego se muele la borona, se le pone sal, enseguida se bate hasta darle el punto y por último se mete al cincho”, explicó.

Según don Juan Pablo, el queso criollo chontaleño se viene perdiendo por la comodidad de los ganaderos quienes prefieren entregarle la leche a la industria nacional o a los acopiadores artesanales. Esa decisión no los somete a gastos adicionales como la compra de sal, cuajo, tinas, cinchos y pago de mano de obra.
La mayoría de los competidores son pequeños procesadores de queso y lo que producen lo venden en diferentes puntos de la ciudad, sin embargo, hay un alto porcentaje de hombres y mujeres que se dedican a comprarle a los manteros para revender diferentes derivados de la leche.
Pese a estos asteriscos, la variedad de productos derivados de la leche que se procesan en este departamento, en cualquier parte de Nicaragua gozan de alta demanda y ya no se diga cuando se oferta el famoso queso chontaleño, la gente se desvive por probarlo.