Juigalpa-Chontales: El 20 de octubre de 2006, fue un día tétrico para don José Luis Centeno, porque fue cuando le cortaron parte de su pierna después que un clavo se le ensartó y le provocó una infección que no les dio a los médicos otra opción, que amputarle su extremidad y desde ese momento su vida cambió por completo.
Centeno nació en Somoto y por destino de la vida creció en Nueva Guinea-Zelaya Central. En la actualidad alquila un cuarto cerca del cementerio de Santo Tomás-Chontales y para cancelar la mensualidad, sale a pedir dinero a los puntos de mayor concurrencia de personas y de lo que recauda, destina un porcentaje para su alimentación.
Don José Luis, ya no quiere seguir pidiendo y ahora, apela al corazón de aquellas personas que quieran donarle una caja de lustrar y su prótesis para trabajar, buscar la manera de construir su casa y tener mejores condiciones de vida.
José Luis no tiene familia
Reconoce que a sus 72 años no ha hecho nada, además, no cuenta con familia. A su madre no la conoció, su padre es fallecido al igual que sus hermanos: uno murió en España a causa del Covid-19 y el otro en un accidente de tránsito en Estados Unidos.
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“Yo no tengo familia, pero tengo lo mejor, el respaldo de Dios y gracia a él me mantengo en pie. Confío en las personas de buen corazón que me van a regalar mi cajita de lustrar para ganarme la vida dignamente, porque ya no quiero seguir pidiendo”, dijo el señor Centeno.
Este hombre sosteniendo su cuerpo con muletas a diario se desplaza por las calles de Santo Tomás, solicitando el apoyo económico. Algunas personas se le acercan y le entregan el donativo, pero otros dudan que José Luis haga buen uso del dinero recaudado.