Tegucigalpa-Honduras: La vulnerabilidad de la capital quedó evidenciada, principalmente en colonia Guillén, donde las fuertes lluvias dejaron derrumbes, inundaciones, casas destruidas, vehículos dañados y muchas familias “en la calle”, en distintos barrios y colonias.
El deslizamiento de tierra en la colonia Guillén, en Tegucigalpa, colindante con el Reparto por Bajo, provocó el desplome de varias viviendas, cuyas paredes se derrumbaron por el deslave del cerro.
Con honda tristeza, Leticia Martínez, unas de las afectadas, contó a LA TRIBUNA que “lo hemos perdido todo, nuestra casa… ¡Cuánto tiempo, deudas, dinero y trabajo de tantos años! ¡Por favor, ayúdennos!, nos dijeron que no había riesgo, que no llegaría hasta aquí el problema y nos confiamos”.
Con la voz entrecortada y entre sollozos, relató que “en la media noche todo empezó a tronar y a caer rocas, era una pesadilla, ¡Nunca, nunca, ni cuando el Mitch vivimos algo así! Ahora estamos en la calle y ellos no entienden lo que eso significa para nosotros”.
Las lluvias activaron falla geológica en la Guillén

Martínez se desmayó al ver los escombros de su casa, que quedó completamente destruida por el derrumbe, bajo tierra, lodo, grandes rocas y de donde siguen saliendo correntadas de agua.
Las lluvias reactivaron la falla geológica en la Guillén, que años atrás hizo que la colonia fuera declarada por la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) como zona de desastre. En esta ocasión, las tormentas dejaron casi una docena de casas dañadas. La zona presenta grietas y hundimientos de tierra muy visibles, desde la parte de arriba de la colonia Guillén.
José Sebastián (80), quien sufrió la pérdida de su casa hace tres años, en la Guillén. Ahora, su hija también lo ha perdido todo, “nunca llegaron las ayudas para nosotros y ahora nuestra hija también lo pierde todo, aquí son más de 12 casas perdidas”.
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La tragedia también golpeó a los vecinos de la colonia Smith, en Comayagüela, donde el desbordamiento de una quebrada dejó muchas casas dañadas, las familias lo perdieron todo y varios carros fueron destruidos. Antes de las 7:00 de la noche, inició la pesadilla, la quebrada arrastró enormes troncos, ramas, mucha basura y ropa que obstruyeron su paso, hasta provocar el rebalse.
Las embravecidas corrientes de agua arrastraron un vehículo desde el manantial que aún se mantiene en la quebrada, también el taxi de Federico Flores, un capitalino que se endeudó para trabajar lo propio, cuyo auto fue arrastrado y destruido.
Fuente La Tribuna.