Ha ayudado a muchos hombres y mujeres a reinsertarse a sus familias y a la sociedad.
Punto Noticioso.Com
Santo Tomás-Chontales: El alcoholismo es una enfermedad progresiva, rastrera y de fatales consecuencias, que no selecciona a sus víctimas por el color, sexo, tamaña o posición económica. Es un flagelo que agarra parejo y hasta el momento la ciencia no ha logrado descubrir cura alguna.
Es el programa de Alcohólicos Anónimos que ayuda a hombres y mujeres inmersas en esa adicción a recuperarse. Muestra de eso, es que se contabilizan en Nicaragua miles de personas reinsertadas a sus familias inicialmente y luego a la sociedad.
En Santo Tomás-Chontales, este programa cumplirá el próximo domingo 30 de octubre 45 años y fue llevado por personas que a través de las 24 horas lograron llegar lejos, como es el caso de don Enrique Bonilla, uno de los que promovió la instalación del primer grupo de AA en aquel municipio.
El alcoholismo es una enfermedad crónica.
Para el doctor Ronaldo Martínez Lazo, habitante de Santo Tomas, el alcoholismo es una enfermedad crónica y progresiva, además, le provoca al individuo afectaciones física y mentales, destruye la familia y la sociedad lo excluye, terminando el adicto solo y viviendo en la vía pública.
“El alcoholismo a crecido a un nivel difícil de valorarlo, pero es para la medicina un problema muy difícil de resolverlo y el único que puede ayudarle a alcohólico después de Dios, es el programa de (Alcohólico Anónimos) que a través de sus terapias grupales le permite a la persona alejarse de la ingesta de licor”, sostiene el doctor Martínez Lazo.
De acuerdo al profesional de la medicina, el licor le provoca a sus consumidores una serie de enfermedades desde la lengua hasta la parte terminal del tubo digestivo, sin embargo, la mayor embestida la recibe el hígado y con el tiempo el tomador es candidato a ser víctima de una cirrosis, que es la principal causa de muerte de los alcohólicos.
El tomador padece de muchos trastornos.
La psicóloga Ericka Fonseca Reyes, asegura, que el tomador es víctima de una serie de trastornos, entre ellos, la bipolaridad, la esquizofrenia, la demencia y otros. A medida que la persona se va sumergiendo al licor la autoestima comienza a perderla y es ahí, que se queda durmiendo en la calle, pide dinero y hasta hace sus necesidades fisiológicas en lugares públicos.
“Para que un paciente (alcohólico) alcance su recuperación, debe aceptar que tiene el problema y después comenzamos con las terapias, luego es el turno de la familia, porque la familia es la parte fundamental para que el adicto salga adelante”, afirmó la licenciada Fonseca Reyes.
Ebrio se peleaba con los perros.
Norman Alberto López, es un alcohólico en recuperación y recuerda, que su vida inmersa en el licor no fue nada agradable, dormía en las cunetas, aceras y para comer, hurgaba en los contenedores de basura a ver si encontraba un desperdicio que le permitiera apaciguar el hombre.
López contó, que en algunas oportunidades llegó a pelearse con los perros callejeros por un pedazo de hueso de pollo. Asimismo, la adicción lo empujó a pedir dinero y en algunas oportunidades hasta intentó quitarse la vida.
Según la historia, el 30 de octubre de 1977, se instaló en Santo Tomás el primer grupo de AA y tiene por nombre Sexto Paso. Cuenta con una buena membresía que ha logrado sostenerse a pese a las perturbaciones que a diario aparecen en el caminar.