Por Mayra Mercedes Suárez.
Punto Noticioso.Com
Cuando se habla de la necesidad de aprender, sustituir y practicar buenos hábitos, solo se considera que es una tarea dirigida a los niños, adolescentes o jóvenes en proceso de crecimiento académico y emocional; sin embargo, con la evolución en las sociedad, cada día urge más que adultos mejoren sus formas de vida cambiando sus hábitos.
Según explica la licenciada Dolores Ayala, psicóloga, desde pequeños repetimos ciertas actividades y comportamientos que se convierten en un hábito, para ello interfiere el entorno familiar y estándares sociales, pero muchos no son saludables, tanto físico como emocionalmente y lo más urgente es ser conscientes cambiarlos por otros, poco a poco.
“Desde la psicología podemos identificar, los hábitos positivos y los negativos, ambos interfieren mucho en la calidad de vida. Son elementos importantes, por ejemplo en el aseo personal, pero además en la salud emocional, si tenemos el hábito de la negatividad, seguramente se vive una vida triste que no aporta a la calidad de vida”, añade.
Entre otros ejemplos de hábitos negativos citó, el consumo excesivo de licor, cigarrillos, uso descontrolado de redes sociales, reducir horas de sueño, alimentarnos inconscientemente, e incluso usar vocabulario denigrante, el irrespeto hacia los demás, en fin… un sin número de comportamientos que nos parecen naturales.
“Si como adultos no estamos decididos a cambiar, no podemos exigir o criticar a la generación joven porque ellos están aprendiendo de nosotros; muchas de las razones de niños y jóvenes rebeldes se debe a la falta de hábitos comunicativos en la familia, entonces creo que es momento de reflexionar y actuar”, recomendó Ayala.
Recomendó primero identificar que está pasando en la vida, qué me hace una mejor persona y qué nos está haciendo daño; si tenemos problema con el sueño establecer una rutina para dormir más temprano, si el doctor me ha diagnosticado triglicéridos alterados en lugar de renegar cambiar hábitos alimenticios.
La experta expresó que los buenos hábitos hacen que tengamos una vida más plena, e incluso nos ayudan a tener mejor percepción en situaciones difíciles, como las que estamos pasando.