Tomado del Diario La Prensa.
La hija primogénita del pastor asesinado, junto con su familia en el barrio Carlos Marx, de Managua, acusó a las turbas del orteguismo como las responsables del crimen al que sobrevivió la mañana de este sábado.
Según Cinthia Velásquez, quien recordó el asesinato este domingo en el sepelio, ella salió de entre las llamas del segundo piso del edificio y buscó refugio en el balcón cercano. Los paramilitares le dispararon y huyendo, para su tortura, pudo escuchar los gritos de sus familiares, mientras ardían en las llamas.
Entre las víctimas se cuentan cuatro adultos y dos niños. Velásquez narró que hombres vestidos de negro, portando fusiles, fue a los que vio cuando le disparaban en ese segundo escape —durante minutos— de la muerte.
“No les importó que hubiera niños, ¡los quemaron vivos! Pero Dios va a tomar la venganza”, dijo frente a los féretros durante el entierro, en el que ha sido abrazada por decenas de personas, quienes se solidarizaron ante un crimen que ha conmocionado al país.En total, cuando los paramilitares quemaron la casa, adentro había nueve miembros. Fueron atacados a las 5:40 a.m. del sábado. Si la vivienda ardió rápido fue porque en el interior esta familia tenía un negocio de venta de colchones.
De acuerdo con la sobreviviente, los civiles armados andaban en camionetas junto con miembros de la Policía Nacional. “Yo lo vi todo”, reafirma. El entierro fue en el cementerio del barrio Milagro de Dios, después que el día anterior debieron decirle a sus acompañantes que la vela se suspendería por razones de seguridad, ante la posibilidad de un ataque.
Al tomar la palabra, Cinthia Velásquez recordó que no pudo ayudar a sus parientes. “No pude, porque yo estaba entre las llamas en el incendio. Pero Dios me dio fuerzas para salir. Dios me sacó y me tiré al balcón y escuchaba los gemidos de mi familia, gritando por su vida, donde se estaban quemando vivos”.