Por Marvin Miranda.
Punto Noticioso.Com
Más de 250 años de tradición lleva la celebración de San Caralampio en la comunidad de Guaterló, situada a la orilla de la carretera Juigalpa-Puerto Díaz. Ahí está la casa de doña Teresa de Jesús Morales Romero y desde la partida de su santa madre se convirtió en la mayordoma de ese santo.
La mayordoma no sabe cómo llegó la imagen de San Caralampio a sus ancestros, pero su mamá le tenía gran fé y milagro que le pedía, milagro que le concedía, por eso, cada 10 de febrero realizaba con pomposidad su festividad que iniciaba tres días antes de la solemnidad.
Después de las actividades religiosas, venía el tope iniciando su recorrido desde la hacienda Guapinolapa hasta llegar a la casa de doña Teresa de Jesús, posterior, se desarrollaban las carreras de pato y finalizaba con una alegre fiesta animada por el mejor tocadisco de la zona.
Cuando su mamá lo celebraba, recuerda como los devotos y devotas de la venerada imagen en aquella comunidad, llegaban previo al festejo a dejar maíz para la chicha y el tiste que se reparte entre los asistentes, entregaban cerdos gordos y otros alimentos que se degustaban durante la actividad.
Pero esta celebración no sólo ha sido alegría. También ha estado inmersa en la tristeza y revive la señora Morales Romero el amargo capitulo cuando su madre ya complicada de salud le pidió celebrar a su San Caralampio por última vez. “Fueron momentos duros, porque el mero día de la festividad un sobrino mío falleció ahogado. La fiesta se suspendió a las 10 de la noche”.
Este año la fiesta será el próximo domingo 10 de febrero, su hijo, hermanos y sobrinos trabajan en el acondicionamiento de la ramada donde se realiza la fiesta, el sábado 9 de febrero destazan los cerdos y elaboran más de 450 nacatamales, le dan el punto a la chicha y el domingo preparan el sabroso caldillo.
San Caralampio fue un mártir que murió ejecutado por soldados romanos durante la persecución a los creyentes de Jesús, en el siglo II. El pueblo de Comitán se viste de fiesta del 11 al 20 de febrero para festejar al santo, una de las tradiciones más arraigadas de la ciudad.