Por Marvin Miranda.
Punto Noticioso.Com
Boca abajo y su cabeza en medio de un charco de sangre, así fue encontrada Rosa Argentina Arróliga Sequeira, de 39 años, por un jornalero que se disponía a iniciar sus actividades cotidianas en las cercanías del potrero Las Torres, finca La Cofradía, ubicada en la comarca San Ramón, jurisdicción de Juigalpa.
Eliecer Antonio Rojas, es el mandador de esa finca y como a las 6 y 30 de la mañana le informó un trabajador que en el potrero Las Torres estaba una persona muerta. De inmediato le dio aviso al dueño de la propiedad y éste le orientó que les comunicara a las autoridades del orden público de Juigalpa.
Por su parte, don Juan José Hernández López, se mostró asustado ante el hallazgo del cuerpo sin vida de la mujer que hasta ese momento estaba con identidad desconocida y ninguno de los trabajadores de la Cofradía llegó a la escena hasta que se presentaron los agentes policiales a realizar las investigaciones correspondientes.
Hernández López aseguró no conocer a la mujer, la que presentaba golpes en diferentes puntos de la cabeza los que aparentemente le provocaron la muerte, de igual manera declaró, que a él le informó un trabajador llamado José Hurtado.
A la escena del hallazgo llegó una guardia operativa al mando de la comisionada Blanca Flores, jefa de Auxilio Judicial de la Policía de Chontales, el médico forense y como primera tarea procedieron a preservar el lugar, luego solicitaron la técnica canina para desarrollar el proceso investigativo.
El especialista en medicina forense después de examinar el cadáver, determinó que Rosa Argentina murió a consecuencia de un trauma craneoencefálico severo. Minutos más tarde se hicieron presentes los familiares de la infortunada mujer quienes informaron, que la víctima salió a las 9 de la mañana del domingo a comprar unas láminas de zinc que le iba a vender un hombre del cual desconocen su identidad.
Relataron que Arróliga Sequeira, tenía ocho de años de estar separada de su marido y no le conocían novio, sin embargo, ella tenía el deseo de construir su casita para vivir con su hija de 11 años que quedó en la orfandad. La occisa vivía en el barrio Sandino de Juigalpa y este caso se convierte en el primer femicidio en Chontales.