Demandan instalación de reductores de velocidad en la comarca San Nicolás.

Por Marvin Miranda.
Juigalpa-Chontales.
Aún la escena del terrible accidente de tránsito que le arrebató la vida a una niña de 7 años de la comunidad Cuisalá, está viva en la mente de padres y madres de familias, quienes no esconden el temor de mandar a sus hijos a la escuela de San Nicolás.

Al llegar a la comarca San Nicolás el ambiente de duelo se siente. El pabellón nacional se encuentra a media asta en la escuela donde estudiaba la menor fallecida y el croquis refleja su frescura, mientras los lugareños claman por la instalación de reductores de velocidad.Para evitar que los pequeños estudiantes se convirtieran en blanco perfecto de conductores que abusan del acelerador, doña Martha Martínez, recuerda, que tras la inauguración de la escuela le solicitaron en ese entonces al mando de la Policía de Chontales la construcción de reductores de velocidad, pero la petición no tiene respuesta hasta la fecha.

“Cada día la situación se nos complica más. Después de la reparación del tramo carretero que cruza por la comarca San Nicolás, los conductores pasan a alta velocidad y no hay quien los detenga, porque la policía no hace presencia a regular la circulación vehicular”, señaló la señora Martínez.En ese lugar los conductores no respetan los límites de velocidad, ni las señales de tránsito que indican que los vehículos deben desarrollar como máximo 25 kilómetros por horas y además, se informa de la ubicación de una escuela a menos de 100 metros.

Otra madre de familia comentó, que el cabezal que impactó la motocicleta en la que viajaba como pasajera la menor oriunda de Cuisalá y tras la envestida falleció, se desplazaba a alta velocidad. “Parecía que era el diablo que circulaba sobre la carretera y arrolló la moto. Cuando yo me fui a asomar, ya la niña estaba muerta”, relató la conmovida madre.

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