Dirigentes de la Pastoral Juvenil preocupados por el incremento de los suicidios.

Por Mayra Mercedes Suárez.
Juigalpa-Chontales.
Como un mal silencioso, que muestra la ausencia de Dios en Nuestras vidas, fue lo que refirió Dayan Aragón, secretario ejecutivo de la Pastoral Juvenil Diocesana, alrededor del tema del suicidio, que parece haber cobrado fuerza en los últimos meses y en el que se ven involucrados jóvenes.

Muchas causas son atribuidas a los suicidios, desde rupturas amorosas hasta crisis financieras o familiares, pero lo que seguramente impacta más es el estado espiritual de la persona. Dayan menciona que poco a poco hay que ir actuando para no normalizar que quitarse la vida sea una opción ante problemas de la sociedad, no puede agregarse a la lista de soluciones.

“Un santo decía que el mal en el mundo es la ausencia de Dios y verdaderamente estos sucesos nos sacuden, tanto que nos dejan mucho que reflexionar, por ejemplo, cómo se están preparando a los niños para enfrentar el mundo (el dolor, las decepciones, los fracasos y las mismas adicciones) no digo que hay culpables, pero seguramente algo estamos haciendo mal y debemos reflexionar desde lo espiritual”, argumenta.

Considera que el dolor aqueja no solo a los jóvenes, todos estamos vulnerables y el mejor remedio es la fe, cuando se confía en que no estamos solos, que Dios es más grande que cualquier problema las dificultades se llevan mejor, la carga es más liviana y sin duda el suicidio no es la mejor opción.

“Los problemas son un proceso de la vida, claro unos más complicados que otros, sin embargo hay que aprender de la vida de Jesús, él tuvo sus momentos de alegría pero igual le tocó que pasar el Calvario y cargar la cruz; hay que reflexionar”, añade.

Insiste que en la actualidad estamos cometiendo el error de querer todo rápido, con el mundo globalizado que nos ha facilitado muchas actividades, creemos que así son los procesos de la vida y no, sigamos orando para tomar las decisiones más prudentes”, propone.

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