En la solemnidad de nuestra señora de Guadalupe se hizo referencia al sufrimiento de los pueblos.

Por Mayra Mercedes Suárez.
Punto Noticioso.Com
La devoción a la Emperatriz de América reunión a buena cantidad de fieles en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe de Juigalpa, donde además recibieron el sacramento de la Confirmación más de 20 jóvenes y adultos, se le rindieron honores a la advocación y habló de cómo la Madre Dios ha estado presente en situaciones difíciles.

La solemnidad, que fue acompañada por algunos sacerdotes del clero y presidida por el Administrador de la Diócesis de Juigalpa, monseñor Paul Oporta, fue dedicada a avivar la esperanza de los devotos usando el mensaje de la virgen. En la homilía, hizo referencia en el sufrimiento de los pueblos, sobre todo en el continente y cómo María siempre ha sido signo de conciliación.

“En el Tepeyac, se inició el diálogo con un mensaje tierno, amoroso y sobre todo más universal. María en la advocación de la Virgen de Guadalupe, pide que se eleve una casa sagrada y lo más importante es el porqué: porque en verdad soy vuestra madre compasiva, tuya y de todos los hombres que en esta tierra estáis en uno, y de las demás variadas estirpes de hombres, mis amadores, los que a mi clamen, los me que me busquen, los que me honren confiando en mí, porque allí les escucharé su llanto, su tristeza”, cita el padre Paul.El resultado, dice, es que ambas razas se aceptaron y fusionaron hasta darnos el ser a nosotros, sus hijos mestizos; probándonos que la buena convivencia y la hermandad es posible, “que ella sufre con nosotros las amarguras del pueblo y que aboga para estar, de veras y para siempre, en uno, en paz”.

Además de las palabras de esperanza a la nación, que aún tiene heridas abiertas a falta de diálogo y soluciones concretas, pidió seguir en oración por la patria y para que la Diócesis pronto tenga un nuevo obispo.

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