Llueven los reclamos en Disnorte/Dissur.

Por Mayra Mercedes Suárez.
Punto Noticioso.Com
Reclamos tras reclamos y poca respuesta, es la actual situación que han identificado en el Indec de la ciudad, la razón es la de siempre: las altas facturaciones por el servicio de energía eléctrica. Según Manuel Flores uno de los dirigentes de esta entidad, en las últimas semanas los casos se han redoblado y han llegado a recibir unas 400 denuncias.

“Son una pesadilla y lo peor que no solo involucra a pequeños empresarios; en hogares donde pagaban 150 y 200 córdobas, les están cobrando 500 y hasta mil. Como Indec, lo que hacemos es asesorarlos para colocar la factura en reclamo y en algunos casos los acompañamos; justamente acabo de salir de las oficinas de la Empresa Distribuidora, nos apoyan pero el trato no lo considero justo”, expone.

Según cuenta Flores, con ciertas retardaciones y teniendo paciencia, la mayoría de casos expuestos por Indec les han dado solución, pero muchas personas que no se abocan a ellos y lo hacen por su propia cuenta, resulta que se encuentran con muchas trabas y la mayoría desiste.

Argumenta que la atención debería ser oportuna para todos y una revisión a detalle del servicio, pues aunque la empresa justifica la facturación por alto consumo, son muchas las razones identificables: el voltaje, el aumento de consumidores, la falta de mantenimiento en la red de distribución, a veces tienen que ver las conexiones domiciliares y más.

“Este problema no va a mejorar mientras la empresa no ponga de su parte, hay mucho que revisar y los que pagamos las consecuencias somos los consumidores; entiendo que no todos los que trabajan para la empresa son los culpables, por eso es urgente que a nivel nacional el gobierno exija mejoras en el servicio, se encargue de supervisar su funcionamiento a fin que la población tenga mejores condiciones de vida”; señala Flores.

Relata que la desesperación ha sido tal, entre la población, que muchos no han dudado en cortar ellos mismos el suministro o quemar los medidores, dice no estar de acuerdo pero entiende el nivel de angustia, sobre todo cuando la mayoría enfrenta problemas económicos.

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