Mayo…es considerado el mes mariano.

Por Mayra Mercedes Suárez.
Punto Noticioso.Com
Con el inicio del quinto mes del año, surgen con él un sinnúmero acontecimientos religiosos que impactan sobre una feligresía que todavía vive su fe desde los hogares. Mayo es considerado un mes mariano por las celebraciones en honor a distintas advocaciones de María, pero además, los religiosos, llaman a retomar las enseñanzas de estas celebraciones que la mayoría evoca a la unidad.

Esta reflexión la realizó el sacerdote Julio McNally, al decir, que si bien es cierto están suspendidas toda actividad que implique conglomeración, nunca está de más recordar la importancia de vivir estas festividades plagadas de piedad popular. La primera es La Santa Cruz, fecha en la que se acostumbra adornar este símbolo y ubicarlo en la puerta de los hogares.

“Una de las percepciones que hemos tenido con esta experiencia de transmitir las eucaristías en redes sociales, es que en cierta medida se la parroquia se ha trasladado a los hogares. Con estas devociones tan bonitas como la de la Virgen de Cuapa, María Auxiliadora y Nuestra Señora de Fátima, nos sirve en esta ocasión para recargar energías y seguir el ejemplo materno”, añade.

Cree que ese ejemplo materno es el que está permitiendo que en los hogares se siga hablando de Dios, del evangelio y la fe misma, los padres de familia no solo están siendo profesores, también están siendo catequistas, predicadores, están dedicando más tiempo a la oración e incluso enseñándole a los más pequeños; sobre todo las mamás, comprobando que la figura de madre es tan importante como lo fue María en la vida de Jesús y la iglesia.

“El PAPA Francisco ha insistido que en medio de estas crisis mundial, hagamos de nuestra familia iglesias domésticas, entonces creo que es un mes propicio para eso, tomando en cuenta que es también el periodo en el que más se habla del rezo y meditación del rosario con un medio para entender y confiar más en el amor de Dios”, reflexiona el religioso.

El presbítero también mencionó que no importa la situación a la que nos enfrentemos, lo ideal es conservar la fe y aguardar esperanzados en las promesas de Dios.

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