Médicos denuncian “inseguridad” en hospitales frente al covid-19.

Tomado de Confidencial.
“Me voy a cansar y no voy regresar. Me vale que me corran, primero está mi vida”, dice con seguridad Graciela, una doctora que trabaja en el Ministerio de Salud desde hace más de diez años. Su afirmación se deriva de la “irresponsabilidad” de sus superiores que están tratando la pandemia del covid-19 de forma “negligente”.

Graciela, al igual que sus compañeros Humberto y Sofía, que trabajan en distintos hospitales y centros de salud, solicitó mantener en reserva su identidad. Tiene miedo. Considera que las directrices que está bajando el Gobierno hacia las unidades de salud del país exponen a médicos, enfermeras y enfermeros, pacientes, y toda persona que transita por los pasillos de los hospitales.

Desde antes que el covid-19 “entrara” a Nicaragua, la primera orden que recibieron los médicos fue no compartir con los pacientes ningún tipo de información sobre la pandemia, de esta forma se evitaba la “histeria colectiva”. Mientras el virus no estuviera en el país, no había necesidad de tocar el tema, recuerda que le dijo uno de los doctores que dirige el hospital en el que trabaja.

“Eso me terminó de abrir los ojos. Yo consideré que era el momento para lanzar una campaña nacional, pero no hicieron nada”, dijo Graciela, quien luego entró en una etapa de frustración, pues el 18 de marzo, fecha en que el Gobierno anunció el primer caso positivo, la orden que vino desde El Carmen fue contraria a la que todos los países del mundo estaban implementando.

Les dijeron que no podían usar mascarillas y que el uso de guantes solo iba a estar permitido para labores “muy necesarias”. Las órdenes que el régimen impuso en los hospitales no fue bien recibida por el personal de salud.

Graciela recuerda que, al día siguiente de anunciarse estas medidas, varios de sus compañeros solicitaron tapabocas para realizar sus actividades rutinarias en sus áreas de trabajo, y la respuesta de la dirección fue fiscalizar específicamente el uso de las mascarillas, vigilar si realmente era necesario usarlas, y otorgar un número reducido de las mismas.

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