Por Marvin Miranda.
Juigalpa-Chontales.
Hoy se celebra el día internacional de la mujer trabajadora y muchas féminas en Nicaragua viven en condiciones precarias, pero además, no cuentan con un empleo digno, no tienen acceso a la tierra y buen porcentaje de ellas, son víctimas de la violencia machista que deja en los primeros meses del año saldos nefastos.
Alba Hayzell Centeno Gutiérrez, habitante del barrio El Santuario de Juigalpa, se siente orgullosa de ser mujer y a diario busca la manera de garantizarle el pan (nuestro) a sus cuatro hijos, a quienes ha sabido inculcarle buenos hábitos, como la gratitud, el respeto a las cosas ajenas, el amor a Dios, al estudio y la familia.
“Ser mujer es un orgullo, por ser un regalo tan maravilloso de Dios y por eso, celebramos nuestro día (el 8 de marzo) con mucha alegría y fijándonos metas que nos encaminen al éxito”, dijo con tono de felicidad, la profesora Glenda María Báez.
Según los expertos, la condición de las mujeres ha sufrido modificaciones en relación con la accidentada historia de Nicaragua, citando como ejemplos, las diferencias sociales y la tendencia a la violencia. Sin embargo, en medio de esas dificultades, aspiran cristalizar un sistema estable sobre las bases democráticas.
Pese a la principal problemática que les aqueja a las féminas, consideran, que a lo largo de la historia han venido ganando terreno, con la aprobación de leyes, como la 50/50, la 779 que su finalidad es la prevención de la violencia contra las mujeres y el Código de la Familia. Al final, esas legislaciones se aplican a medias en Nicaragua.
Algunas de las damas consultadas, valoran, que no sólo el 8 de marzo se le debe rendir homenaje a las mujeres, sino, los 365 días del año y pasada esta efeméride, de las féminas poco se habla y vuelven al anonimato, a pesar que son un actor económico activo en Nicaragua.