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Como cada año, este 10 de Octubre, día mundial de la salud mental, no se habló de su importancia entre la población de ese flagelo y en esta oportunidad la OMS centró la fecha en las secuelas que permanecen en la sociedad fruto de la pandemia del Covid-19, destacando que sus efectos deben ser tratados como un problema real.
En una entrevista a la licenciada Dolores Ayala explica, que si bien es cierto todos tenemos una salud mental con características propias por la pandemia, la afectación es muy común: el personal de salud que presta sus servicios en circunstancias difíciles, los estudiantes, que han tenido que adaptarse a las clases a distancia, los trabajadores cuyos medios de vida se ven amenazados; las personas atrapadas en la pobreza y ni hablar de la gestión del dolor de perder a un ser querido, a veces sin haber podido despedirse.
“En lo personal, cada vez que doy una entrevista hago referencia en la necesidad de una cultura más consciente de sus emociones, de cambiar la mentalidad que solo los pacientes diagnosticados con esquizofrenia o algo parecido, son los únicos que requieren atención, no es así y este año, la OMS refiere que el apoyo de psicólogos es indispensable”; expresa Ayala.
Relata además que el llamado no solo es a la población a que esté más pendiente de su salud mental y busque ayuda inmediata, también a que la magnitud del impacto emocional de la pandemia requiere de mayor inversión en programas de salud mental en el ámbito nacional e internacional.
Con ocasión al Día Mundial de la Salud Mental, la OMS organizó por primera vez, un evento mundial de concientización en línea sobre los padecimientos psíquicos y deben atenderse con prontitud.
Pero a nivel de la ciudad, ninguna autoridad se acordó de esta efemérides de gran importancia para la sociedad que a diario se detiene para atender los problemas cotidianos que muchas veces desencadenan trastornos metales.