Precios de combustibles y canasta básica asfixian a los nicaragüenses.

Tomado de IP-Nicaragua.
José Ángel Medina, trabaja como albañil en obras de construcción, uno de los sectores más impactados por la crisis sociopolítica y la pandemia del COVID-19. Ahora, se enfrenta a un escenario que no parece prometer respiro, ya que debe estirar el salario mínimo del país, unos 200 dólares, para lograr cubrir todos los gastos de su familia.

«̈Lo que yo he hecho es limitar la comida, comprar solamente arrocito y frijoles, dejar de comer carne o pollo, porque está muy alta la situación, el costo de la vida. Las cosas suben y los salarios siempre son iguales», dice Medina. Los nicaragüenses han resistido, durante 20 semanas consecutivas, las alzas constantes en los precios de los combustibles.

Según los especialistas, a pesar de que Nicaragua es el país más pobre de Centroamérica, tiene los precios de hidrocarburos más altos, superando hasta en un 15% a los países vecinos, lo que también impacta en los precios de los productos de la canasta básica, que incrementaron en al menos 30 dólares durante la última semana, para un costo aproximado de 420 dólares.

El economista Luis Núñez explicó a la Voz de América, que la escalada en el incremento de los precios de los combustibles y la canasta básica golpea fuertemente la economía de las familias más pobres en el país.

«Estamos ante una situación que esta asfixiando completamente a la población nicaragüense. Y esto tomando en cuenta que el salario mínimo solo se ha incrementado en un tres por ciento y esto no solamente es parte del salario mínimo el nivel de salario del Estado, y la empresa privada se ha mantenido congelada, debido propiamente a la crisis social y económica».

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