“Rubén Darío es una estrella que ya se apagó, pero sigue iluminando al mundo”, afirma escritor chontaleño.

Por Marvin Miranda.
Punto Noticioso.Com
“Rubén Darío es como una estrella que se apagó, pero sigue iluminando al mundo”, así describe al bardo más importante de la historia de Nicaragua, el escritor, ensayista y estudioso de sus obras, licenciado William Zeledón y su fallecimiento conmocionó al mundo llegando a su funeral delegaciones de los países de América.

Zeledón recuerda que la salud de Darío comienza a desmejorarse en noviembre 1914 cuando organiza una gira mundial a favor de la paz, ya que en esos días iniciaba la primera guerra mundial, saliendo de España por Barcelona y además, pedía que los países de América no se involucraran en ese conflicto bélico.

De acuerdo al licenciado William, cuando Darío llega a Nueva York siente complicaciones y es hospitalizado, deteniendo su gira y lo asiste Salomón de la Selva que en ese entonces era un joven, posterior se traslada a Guatemala y ahí llega a rescatarlo Rosario Melina Murillo, trayéndoselo a Nicaragua, obligándolo su problema de salud a cambiar lo agendado.

El orgullo de América pasó en agonía 40 días y en los últimos 10 se complicó. El 6 de febrero Darío se sumió en un profundo desvanecimiento, Francisco Huezo detalla: “A las 9 de la noche, se escapaba del pecho de Darío un estertor persistente y seco…tras un breve estremecimiento el poeta exhala el último aliento de la vida, a las 10 y 45 de la noche…ha muerto silenciosamente, como los pájaros”.Afirma este escritor chontaleño, que el príncipe de las letras castellanas era como una especie de estrella de rock. “Donde Rubén llegaba ya su fama había llegado. En realidad era famoso y antes de llegar al país que se disponía visitar sus poemas los declamaban meses antes de su arribo, porque su poesía es exquisita”.

Pereira y Castellón, obispo de León, ordenó los funerales eclesiásticos con la magnificencia propia y ceremonial establecidos para los príncipes y nobles. Durante cuatro noches estuvo el cadáver en los salones de la Universidad de León, tan pronto se conoció que el poeta había muerto, la Universidad se vistió de cortinajes negros.

Asistieron a los funerales las delegaciones del Poder Ejecutivo, de las Cámaras de Senadores y Diputados, de las Cortes de Justicia, las Municipalidades, la prensa, colegios de abogados, los médicos, estudiantes, comerciantes, obreros e industriales.

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