Por Marvin Miranda.
Punto Noticioso.Com
El ambientalista Eduardo Hernández, se mostró alagado por haber sido alumno del maestro de generaciones Gregorio Aguilar Barea (GAB), quien vino a este mundo a servir y de sus escuálidos recursos económicos destinaba dinero para becar a estudiantes pobres.
Goyo como le decían sus amigos más cercanos, se está quedando en Juigalpa sólo el 16 de agosto que se conmemora su fallecimiento y en septiembre que es su natalicio, sin embargo, se requiere mantener vivo el legado del maestro, poeta, músico, cuentista y filántropo.
“Aquel 16 de agosto de (1970), se perdió un tronco de hombre, un filántropo y en realidad, era una persona que trataba de hacer el bien a los demás. No le importaba sacrificar sus salarios y las comodidades que tenía, con tal de ayudarle al que no tenía recursos y que saliera adelante”, destacó Hernández.
Se le pregunto a Eduardo sí hay alguien del 70 a la fecha que al menos siga los pasos del maestro Gregorio. Respondió: “Es difícil emitir opinión al respecto, porque para saber si alguien está siguiendo los pasos de (Goyo), debe estar en ese segmento de personas para que uno pueda darse cuenta la secuencia que lleva”.
Mencionó a grandes educadores que han dejado huellas en Juigalpa, como los maestros Octavio Gallardo, Mariano Miranda, Jofiel Acuña y otros, pero también, existen personajes que han desarrollado obras imborrables en la ciudad y por la falta de apuntes están en el anonimato.
En su discurso del domingo 16 de agosto, el ingeniero Marlon Vargas Amador, propuso, que el legado de Gregorio Aguilar Barea (GAB), tiene que ser la lumbrera perenne que oriente los planes de desarrollo de Chontales. “No permitamos que el ánimo difundido y la senda trazada, sólo sean una llamarada de tuzas como (él) alguna vez lo expresó”.