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La venta de piscinas este año podría ser inferior a los resultados alcanzados el año pasado, debido a que algunas aumentaron sus precios entre un 40 y 50%, sin embargo, los comerciantes no pierden las esperanzas de que la población responda y ellos, puedan agotar el inventario asignado para el 2022.
“La mayoría de las (piscinas) han subido una barbaridad”, aseguró Andrea Carballo, la principal vendedora de piscinas en Juigalpa y los altos precios, ha obligado a padres y madres de familias llegar sólo a preguntar el valor, porque a lo mejor tenían la idea de comprar una para sofocar los calores.
La piscina de 3.5 metros de largo, tiene un valor de dos mil 300 córdobas. El año pasado se vendía en un mil 300, mientras la mediana su precio era de 900 y ahora se compra entre un mil 400 y un mil 500, las pequeñas se cotizan en 750, 800 y 950 córdobas.
Carballo aseguró, que los salvavidas y las ruedas mantienen sus precios. Fruto de estos incrementos los clientes sólo pasan preguntando y eso, les hace sospechar que las ventas podrían estar bajas si se comparan los porcentajes del año pasado.
“Es cierto, desde que nos instalamos hemos vendido y hay mucha gente que pasa preguntando, pero considero, que las ventas se van a mejorar cuando inicie la semana santa, porque ya es una costumbre que la gente deja todo para última hora», manifestó Carballo.
Andrea sostiene, que pese a lo fuerte de la pandemia del Covid-19, la venta de piscina fue excelente y ya por esta fecha contabilizaban un buen porcentaje, en esta oportunidad el movimiento es menor y ella admite, que todo se debe a los elevados precios.
Doña Matilde Castellón Espinoza, llegó al tramo de Andrea a preguntar por los precios de las piscinas y se quedó impávida al enterarse lo caro que estaban y al no tener otra oportunidad, compró con el dinero que anda una pequeña para que sus nietos puedan disfrutar del verano.
“Uno hace el esfuerzo por comprar una piscina para sus (niños), pero no crea, los precios están muy pesados y con los pocos recursos que uno ahorra, no ajustan y algunos se quedan con las ganas de comprar una piscina”, expresó la señora Matilde.
A criterio de la señora Castellón Espinoza, hay menos riesgo quedarse en casa durante la semana de vacaciones que movilizarse a un balneario, lo que provoca un costo demasiado alto al incluir el pago de transporte, ingreso a los destinos turísticos y la alimentación de la familia.