Policía rescató a niña secuestrada.

Punto Noticioso.Com
Liseth Rostrán, es la madre de la niña de 4 años que el domingo 6 de junio fue secuestrada en Juigalpa, luego que Ericka García, la mujer que la había contratado para trabajar en la limpieza de casas la sedara y una vez dormida en la unidad de transporte colectivo, le quitó de sus brazos a la pequeña y huyó con dirección desconocida.

Rostrán vive en el barrio capitalino Lomas de Guadalupe, hasta donde llegó Ericka y después de hacer amistad con la familia de la víctima, procedió a ganarse la confianza y enseguida, hicieron los primeros viajes a Juigalpa, sin incidentes alarmantes.

Pero el 6 de junio el escenario fue diferente, porque ese día Ericka García, de 47 años, originaria de Tipitapa, tenía que ejecutar su plan y el primer paso fue darle en refrescos y gaseosa a la madre de la menor lorazepan hasta lograr su objetivo, quitarle a la niña.

El domingo Liseth y Ericka emprendieron el viaje de regreso a Managua, las condiciones de la víctima no eran las mejores y en cuánto se sentó en el asiento del autobús ella se durmió. “Yo sentí la sensación que en mis brazos llevaba a mi niña y de pronto me quedé profundamente dormida”, contó a Punto Noticioso la joven Rostrán.

Cuando Liseth logró despertarse sin precisar el lugar, su niña había desaparecido y el conductor del bus le informó, que la mujer que le acompañaba se bajó en la parada del Mamón en Juigalpa y que le dejó pagado el pasaje. “En ese momento me bajé del bus y pedí ayuda para venir a la Policía a denunciar el caso”.

Desde ese momento el mando de la Policía de Chontales inició el proceso de investigación. El lunes 7 de junio publicaron un retrato hablado y horas más tarde en la comunidad Melchorita, jurisdicción de San Carlos-Rio San Juan, oficiales de la Policía de aquel departamento fronterizo, capturó a Ericka García y a su acompañante, además, recuperó a la niña sana y salva.

A eso de las 8 y 30 minutos de la noche del lunes, ingresó a las instalaciones de la Policía de Juigalpa, la camioneta que trasladó a los capturados y a la niña que se reencontró nuevamente con su madre, quien al verse frente a su pequeña no logró detener el llanto y posterior, le agradeció a Dios por regresarle a su hija y al mando de la institución por el eficiente trabajo desarrollado.

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