Por: Alberto Cabezas “Ciertas conductas que una persona tiene como la infidelidad o los celos sin razón afectan a las personas que están a su alrededor” argumentó el Psicólogo Humberto Del Castillo Drago, Magister en Psicología Clínica y Director General del Centro Areté en Colombia.
Él es un peruano nacionalizado colombiano y uno de los principales impulsadores de la Psicoterapia de la Reconciliación.
Con este psicólogo conversó el Periódico Punto Noticioso.
Entrevista
¿Porque existe la cultura de infidelidad?
Considero que hoy en día es muy importante la gran separación que existe entre afectividad, sexualidad y genitalidad.
Hoy en día no interesa tanto si amo o quiero a una persona, estamos ante una gran cosificación del ser humano.
Pareciera que lo más importante “es disfrutar”, “Sentir placer” y ya. Vivimos en una cultura hedonista, donde lo importante es el placer por el placer.
Hoy se confunde sexualidad con genitalidad, se olvida lo afectivo, el amor, lo sentimental.
Por otro lado, hoy en día nos cuesta vivir comprometidos con alguien o con algo, nos cuesta la fidelidad, el compromiso, nos cuesta la perseverancia, estamos acostumbrados a usar y botar, algo pensamos que ya no nos sirve y lo botamos, lo desechamos.
Por último, hoy en día, no se considera la fidelidad como un valor o virtud, al contrario, se ha normalizado la infidelidad, no es un valor, al contrario, eso se ha dejado para lo religioso, y eso.
Es importante entender también que vivimos en un pansexualismo, donde lo sexual-genital es prácticamente un valor primordial, que hay que satisfacer, casi sin importar nada más.
¿Qué hacer si mi compañero (a) es demasiado (a) celoso (a)?
Existen distintos tipos de celos, el problema es cuándo los celos son patológicos, es decir “enfermizos”, que son cuándo las persona no se controlan, y los celos los dominan.
Me parece que los celos patológicos, son normalmente un síntoma de un trastorno de personalidad, o de una dependencia emocional.
Los celosos son personas extremadamente inseguras, que quieren controlar o poseer como un objeto a sus parejas, incluso en medio del desespero y de la rabia, vendrá el abuso emocional, psicológico y físico.