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Para el teólogo César Napoleón García Vargas, el nombramiento de vicario general de monseñor Carlos Adán Alvarado y del padre Ronald Antonio Cerda Meza, son de gran esperanza para la feligresía católica de la Diócesis de Juigalpa y eso indica, que inicia una nueva fase en Chontales y Rio San Juan.
Los nombramientos fueron hechos por monseñor Marcial Humberto Guzmán Saballos, obispo de la Diócesis de Juigalpa, sin embargo, un sector de la feligresía pensaba que esos cargos serían ocupados por los más cercanos colaboradores del anterior jerarca, pero el martes 15 de diciembre apareció la sorpresa.
“Como católico comprometido celebro el nombramiento del padre (Carlos) Adán, es un hombre muy (sabio), de conducta definida, un hombre muy espiritual, muy humanista y recto. En los tiempos actuales se necesita un equilibrio”, destacó César Napoleón.
Mientras, el padre Ronald es un hombre jovial y ha ocupado cargos en parroquias destacadas como en Muhan, pero, además, estuvo por algunos meses como vicario de Acoyapa apoyando el trabajo durante solemnidad del santo patrono, San Sebastián.
Pese a que el padre Carlos Adán Alvarado, ha ocupado titularidades en parroquias muy retiradas de Juigalpa, como en San Carlos, Acoyapa y ahora en San Pedro de Lóvago, ha liderado cargos importantes y por algunos años fue el responsable nacional de las misiones, donde hizo una excelente labor.
Ahora, se espera que el obispo de la Diócesis de Juigalpa aproveche la sabia de muchos sacerdotes que pueden hacer grandes aportes al trabajo evangelístico y para García Vargas, los nombramientos recientes son una buena señal y muy fundamental que monseñor Marcial le ponga ya nombres y apellidos a los cargos existentes.