Embarazos en adolescentes…una realidad en Nicaragua.

Tomado de IP-Nicaragua.
“Me duele el alma, yo no quiero tener un hijo”, fueron las desgarradoras palabras de una niña de 12 años que hace dos meses dio a luz a una bebé producto de una violación. La menor narró frente a un juez de Managua el “infierno” que ha vivido desde que tenía 10 años.

Fue la edad en la que comenzó a sufrir las agresiones sexuales por parte de un hombre de 41, pareja de su hermana mayor, quien se aprovechaba de ella y bajo amenazas cometía el delito.

La pequeña se enteró de su embarazo cuando tenía 3 meses. Aun siendo una niña, su madre le dijo que el bebé no tenía culpa, sino del agresor, por lo que debía de dar a luz. “Antes me gustaba jugar, ahora soy como un poco aburrida, no tengo ganas de hacer nada”, relató la víctima.

La menor no pudo realizarse un aborto, pese al riesgo que corría de perder su vida. En Nicaragua desde el 2006 está practica es penada y la mujer que realice la acción puede enfrentarse hasta a dos años de cárcel, aunque se trate de una violación.

El agresor fue detenido por la Policía, tras una denuncia de la familia, el hombre ya fue declarado culpable de los delitos de violación. Fue acusado de abuso sexual y lesiones psicológicas, tras confirmarse a través de un examen de ADN, realizado por el Instituto de Medicina Legal (IML), que él es el padre biológico.

De acuerdo con Maricé Mejía, enlace nacional de la Red de Mujeres Contra la Violencia (RMCLV), solo en enero de 2022, se registraron 12 abusos sexuales a niñas y adolescentes. La cifra puede ser mayor, porque existe un silencio en las víctimas al ser la mayoría de agresores, familiares cercanos.

“En lugar de ser el agresor el que sienta vergüenza por este tipo de delito, es la familia que, por vergüenza, por miedo, se callan y más si tiene lazos familiares, normalizan la violencia sexual y se quedan con el trauma”, expresó Mejía.

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